La estabilidad
genética de los cultivos ha sido, durante mucho tiempo, un motivo de inquietud
cuando se piensa aplicar las técnicas in vitro para la conservación del
germoplasma. El material recuperado de la conservación in vitro debe
representar genéticamente al material utilizado. Cualquier sistema de cultivo
in vitro será inaceptable si introduce un alto riesgo de inestabilidad genética
o de selección entre genotipos o de ambas cosas.
La monitoria de la
estabilidad genética de los cultivos in vitro de las especies cultivadas esta
adquiriendo gran interés. Se han adelantado criterios morfológicos, bioquímicos
y moleculares para la detección de los cambios genéticos. Se deben desarrollar,
como complemento de la evaluación de la estabilidad, técnicas electroforéticas
para evaluar la variabilidad de las isozimas en muestras pequeñas de tejido
obtenidas de cultivos in vitro. Además, se debe probar la monitoria que se ha
hecho a esa estabilidad genética mediante técnicas moleculares, para detectar
la variación del polimorfismo en la longitud de los fragmentos de restricción
de ADN.
Los sistemas de cultivo de tejidos presentan diferentes niveles de riesgo de variación genética. Por ejemplo, los sistemas más estables son los cultivos de meristemos y la micropropagación nodal; les siguen los embriones somáticos y las yemas adventicias; por ultimo, los más inestables son los cultivos de celulas y protoplastos.
Bibliografía
http://webapp.ciat.cgiar.org/biotechnology/cultivo_tejidos/capitulo31.pdf
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